Por Vicente Toledo Rohena Para Fundación Nacional para la Cultura Popular
El autor de temas como ‘Ponle por nombre Jesús’ y ‘Paz en la tierra’ recibirá un merecido homenaje de pueblo este domingo 11 en el Centro de Bellas Artes en Caguas.
Maio Enrique Velázquez lleva vivencias, amor patrio, respeto y fe a cada una de sus creaciones. (Foto Javier Santiago / Fundación Nacional para la Cultura Popular)
Es un puertorriqueño orgulloso de sus raíces y tradiciones. Un defensor incansable e intachable de su legado cultural. El quijote que todo pueblo necesita; humacaeño humilde que se forjó con grandes sueños y valores. Nutrido por su fe religiosa y compromiso con el prójimo.
Mario Enrique Velázquez es un poeta que con sus líricas estremece sentimientos e invita a la reflexión. Un compositor que posee una sensibilidad capaz de tocar más allá del corazón y llegar de manera atinada al pueblo. Sus versos son necesarios, repletos de conciencia. Un ser que se muestra tal como es, lo mismo que proyecta en sus temas. Son la poesía y la música su pan de vida, lo que lo mueve en su quehacer cotidiano.
“Lo que me motivó a entrar en la poesía y la composición fue la misma vida. Digo que la poesía llegó y me dijo: ‘Mario, aquí estoy. Necesito llegar hacia algún lugar o ser’. La poesía me escogió, yo no lo escogí. Mucha gente me pregunta si todavía escribo. Y, le digo, todavía vivo. Porque si dejo de escribir, me muero. Esa es mi vida. Existe esa energía, verbo real que es parte de mí”, destacó el insigne compositor.
El catálogo de sus canciones es prolífero, cargado de un canto al amor, fe, y alegría; lo idóneo que brinda esperanza al pueblo. Aunque mencionar su nombre para algunos evoca Navidad, sus temas abordan letras heterogéneas, de todo tipo.
“Son todas vivencias… lo que encierra la vida. Comparto unas cuantas y las canto a familiares y amigos; luego las comparto con otros; y depende el momento y el espacio dejan huellas. Mis huellas de un caminar”, destacó de manera poética sobre el mensaje de sus composiciones.
Mario Enrique es un rescatista cultural. Un hacedor de conciencia que con su arte recordó el verdadero significado de la Navidad. Derrotó los cánticos de doble sentido y chabacano que amenazaron en una época el pentagrama navideño. Devolvió la riqueza real de temas hermosos del tiempo más atesorado y esperado para celebrar.
“Es importante recordar también, que de cierto modo, la Navidad anuncia el dolor. La primera Navidad fue la más dolorosa y más triste, porque se le dijo a María que iba a ser madre de un rey del cielo, el hijo de Dios. Después de ese misterio tan maravilloso, hay que imaginarse a María sobre un burro y gritando de dolor de parto; mientras pensaba que sería madre de un rey. No había una cuna de oro, no había nada en donde recibir a su hijo… Por otro lado José, víctima del machismo de ese tiempo. Llegó el momento del nacimiento del Niño y no había dónde colocarlo. Nació entre paja y animales. Una Navidad dolorosa, donde luego, fueron perseguidos; y a los 33 años lo crucificaron en una cruz. Ahí es que se entiende la Navidad. Él, murió para vivir y venció la muerte. Ahí es que entendemos la grandeza y belleza de la Navidad… La Navidad, la llevo adentro. Es el motivo más hermoso… Desde que la entendí, llevo un niño por dentro”, detalló pausadamente.
‘Ponle por nombre Jesús’, ‘De mi voz nació la luz’, ‘Con todas las flores vengo’, ‘Todavía es Navidad’ y ‘Mi canción es paz’ son algunas de las canciones que ha legado para la posteridad Mario Enrique.
Explicó que el tema ‘Ponle por nombre Jesús’ lo encontró durante una situación real, vivida por una joven de un residencial. Una muchacha abusada por su padrastro que a pesar de experimentar tan trágico suceso se aferraba a tener su hijo, porque no deseaba terminar con su embarazo. Conjugó una conexión paralela de la historia real con lo que representan sus canciones, historias de vida.
“Esa fue una experiencia maravillosa, porque son ellos con unos seres maravillosos. Es la historia de ‘Ponle por nombre Jesús’. Se parece mucho a la historia dolorosa de que hablamos. ¿Quiénes son los que prácticamente, se viven, gozan y disfrutan la Navidad? Los niños. Por eso, tengo un niño dentro de mí. Me encanta la Navidad”, señaló Mario Enrique a quien también se le conoce como fiel colaborador de festivales culturales en el área de Humacao y Yabucoa.
Entre los exponentes de sus canciones sobresalen Danny Rivera; y Los Cantores de San Juan -quienes más canciones le han grabado- Andrés Jiménez, Renacer Campesino, Mapeyé y Taller Campesino; por mencionar algunos de los artistas que han plasmado sus dulces composiciones. Dijo que Danny Rivera ha grabado muchas otras canciones que no son necesariamente para la época de Navidad.
“Yo conocía a Danny, pero Danny no me conocía. Siempre les decía a mis amigos, esta canción – ‘Yo soy mi propia canción’- Danny la va a cantar algún día. Luego de un encuentro con Danny en la Universidad de Humacao (1ro de mayo de 1976), él tenía un concierto dos semanas después, y llegó hasta mi casa y se llevó dos de mis temas. Entre esos estaba ‘Yo soy mi propia canción’. De ahí en adelante, ha continuado una amistad-hermandad. Danny ha escuchado muchísimas de mis canciones, más de las que me ha grabado. Nos reuníamos en su casa y se las cantaba. Nos compenetramos tanto que somos amigos incondicionales”, dijo.
Este domingo 11 de diciembre a las 4:00 de la tarde en el Centro de Bellas Artes en Caguas, se presentará el concierto ‘Chabela canta a Mario Enrique Velázquez’ un homenaje musical merecidísimo al compositor humacaeño en la voz extraordinaria de la cantora Chabela Rodríguez, acompañada por un grupo de músicos liderados por el pianista Tato Santiago; y otros invitados.
La Fundación Nacional para la Cultura Popular (FNCP), Chabela Rodríguez y todo Puerto Rico le brindará un aplauso colosal a un gigante de nuestra música.
“Chabela canta mi música desde que era una niña, en la Rondalla de Humacao; y siempre ha tenido la inquietud de hacer este concierto. Siempre ha tenido el sueño de hacerme un concierto como este, el que ofrecerá el próximo domingo. Entonces, apareció Javier Santiago –fundador y director de la FNCP-que es otro ser especial con la misma ilusión de hacer un homenaje. Este evento significa mucho para mí. Incluso, por primera vez, van a poder asistir muchos amigos de mi barrio, amistades, familia; y estoy muy contento gracias a Chabela y Javier”, expresó emocionado Mario Enrique que además de los temas navideños ha dejado para el pentagrama musical canciones como ‘Último adiós para un amigo de siempre’, ‘Mi último deseo’, ‘Entonces recoge y vete’, ‘Este planeta es de todos’, ‘Una mañana después del futuro’ y ‘Cuando llegue’.
La FNCP recibió el respaldo de distintas entidades para realizar el concierto, entre las que resaltan aportaciones de National Endowment for the Arts y el Fondo Flamboyán para las Artes. La entrada al evento es gratuita, pero se debe reservar el espacio –mientras duren las taquillas- a través de www.boyants.com o llamando al 939-265-1701.
Caminaron pasos juntos, unidos en poesía y amor a la patria en defensa de su cultura, lengua y libertad. Pero no sabían que la genealogía guardaba secretos escondidos entre la sombra y el silencio. Recientemente, descubrí que a esa afinidad patriótica y amistad entre Trina Padilla de Sanz, conocida por su seudónimo “La Hija del Caribe” y Juan Antonio Corretjer se añade una rama que relaciona a las dos familias en un mismo tronco.
El matrimonio de Trinita Sanz Padilla, arecibeña y benjamina hija de “La Hija del Caribe”, con Ramón Fernández Morales, cialeño, dibuja la relación entre estas dos líneas. Las raíces comunes fueron sembradas en Ciales y Arecibo, pueblos que se tocan geográficamente en un punto común por el suroeste, y por esta unión como centro de ese vínculo.
En tiempos lejanos, Ciales formaba parte integrante del pueblo de Manatí, que ubicado al norte, parecía coronar el tope de Ciales. Ciales, muy cerca del centro geográfico de Puerto Rico, pintaba ricos terrenos al sur aledaños al penacho de la Cordillera Central.
Este pueblo, cuyo nombre es de origen taíno, fue fundado- según algunos aciertan, en el siglo XVII. Consistía en ocho barrios- Frontón, Cordillera, Cialitos, Hato Viejo, Jaguas, Pozas y Toro. Era un pueblo agrícola conocido como “La Tierra del Café” por su rico terreno montañoso y su producción de café y tabaco. En un tiempo, Ciales fue reconocido como productor del mejor café en el país y algunos relatos señalan que fue el “café preferido por reyes, dignatarios y hasta el Vaticano”.
Ciales es la cuna del gran Poeta Nacional de Puerto Rico, Juan Antonio Corretjer Montes. Nimia Vicéns describe en su poema “Ciales casi cielo” la belleza y la historia de ese pueblo cialeño. Comparte con Juan Antonio Corretjer, el compromiso de protesta y defensa por la patria puertorriqueña, siendo ambos poetas coetáneos que nacen entre 10 y 16 años, respectivamente, después de la invasión y soberanía norteamericana en Puerto Rico desde el 1898. Fragmento de su poema:
Ciales Casi Cielo
Nimia Vicéns
…Yo te recuerdo Ciales casi cielo…
Sueño tu noche de café y de luna
en lírica nostalgia estremecida
con tu Marzo embriagada de azahares
bajo en prodigio de la florecida.
Sueño tu aroma, tus campos y tus nombres
Frontón, Pozas, Caliche, Montebello
y… …algún amor cantando en el paisaje
esta dolida copla del olvido…
En la Torre de Ciales, Juan Antonio
varón de la Poesía y de la Patria
clama en tierno rugido su alabanza
Gloria a esas manos que trabajan
esas manos negras, blancas, indias
De entre esas manos nos salió la patria
alabanza alabanza
Juan Antonio Corretjer
Juan Antonio Corretjer Montes nació el 3 de marzo de 1908 en Ciales, Puerto Rico. El Acta de Nacimiento indica: Juan Antonio es hijo legítimo de Don Diego Corretjer Hernández, de profesión Comerciante y domiciliado en Ciales, y de Da. María Brígida Montes, natural de Ciales y de 37 años. Juan Antonio es nieto por línea paterna de Don Antonio Corretjer, natural de España, difunto y Dolores Hernández, natural de Ciales, y por línea materna de Don Juan Montes Núñez, natural de Ciales, de profesión Agricultor y de Doña Baldomera González, natural de Ciales.
Su padre, Don Diego Corretjer Hernández nació el 18 febrero de 1866 en Ciales. Es hijo de Antonio Corretjer Caire, natural de Pineda del Mar, Barcelona, España y de Dolores Hernández Gerena, natural de Camuy, Puerto Rico. Don Diego contrajo dos matrimonios: El primero con Rosalía Pomales Janer con quien tuvo seis hijos. Al enviudar se casó a los 39 años con María Brígida Montes González (soltera, de 37 años y avecindada en el barrio de Frontón) el 29 de mayo de 1907, en Ciales.
Su segundo matrimonio con María Brígida procreó un hijo nombrado Juan Antonio Corretjer Montes. Don Diego, ya viudo de María Brígida Montes, murió el 4 de diciembre de 1953 a causa de una “Hemorragia Cerebral” a los 87 años. Doña María Brígida Montes González, natural de Frontón Ciales, era hija de Juan Montes Nuñez y de Baldomera González Manzano. María Brígida murió el 28 de octubre de 1948 en Ciales, Puerto Rico. Precedió en muerte a su esposo Diego y tenía “80” años de edad al morir a causa de “Anemia Perniciosa”.
Trina Padilla de Sanz
Trinita Sanz Padilla fue la hija menor de Trina Padilla de Sanz “La Hija del Caribe” y Ángel Sanz Ambrós. Nació el 7 de enero de 1897 en Arecibo, Puerto Rico. Pocos meses faltaban, para que Trinita cumpliera un año, cuando Estados Unidos bombardea e invade a Puerto Rico el 25 de julio de 1898. Las consecuencias que se desatan en la isla dejan un impacto en nuestra historia y cultura. Aún evidente en la conciencia del puertorriqueño queda la invisible cicatriz del golpe postraumático en la personalidad, identidad y esencia de ser puertorriqueño 124 años después.
Trinita Sanz Padilla y Juan Antonio Corretjer unirían en una trayectoria común la historia ancestral de las dos familias. Trina tenía once años cuando nació Juan Antonio Corretjer. Ambos fueron huérfanos de la patria que pierde su soberanía. Este cambio fue trascendental en la vida de los dos jóvenes y la experiencia que encuentra un mismo camino en amor a la patria y a la poesía. La “Hija del Caribe” y su hija Trinita, al igual que el joven Juan Antonio Corretjer eran soñadores, con almas de poetas, y la sensibilidad que da vuelo y libera la palabra y el ser.
Trinita Sanz Padilla conoce a Ramón Fernández Morales, posiblemente a través de Alberto Burckhart Tejada, el esposo de su hermana mayor, Matilde Sanz Padilla. Alberto Burckhart Tejada había empleado al joven cialeño en su tienda en Arecibo. El matrimonio de Trinita Sanz Padilla con Ramón Fernández Morales, en 1917, procrea tres hijas: Elsa, Yolanda y Fabiola Fernández Sanz, dibujando el cuadro ancestral con las dos familias. El matrimonio termina en divorcio, evento que lleva a Trinita y sus tres hijas a vivir a la casona de su madre La Hija del Caribe. Mi madre, Yolanda Fernández Sanz, tenía cinco años.
El tronco común ancestral identifica a Pedro Pablo Manzano Otero y a Benedicta Colón Padilla como los cuartos abuelos (trastatarabuelos) de Yolanda Fernández Sanz y los tatarabuelos de Juan Antonio Corretjer Montes, respectivamente. Trinita y Juan Antonio crecieron en ambientes paralelos con relatos y cuentos heroicos de tiempos pasados. Trinita escuchaba los versos en defensa de Puerto Rico que su abuelo, José Gualberto Padilla “El Caribe” escribiera en 1873. Padilla, un gladiador con pluma como espada, combatía dando la estocada final a cada insulto que el ingrato poeta español Manuel del Palacio escribía contra Puerto Rico. Padilla había sido encarcelado en Arecibo, junto con otros patriotas puertorriqueños en 1868 siendo acusado de conspirar en el levantamiento armado conocido como El Grito de Lares para derrocar el gobierno español y declarar la independencia de Puerto Rico.
Desde temprana edad, Juan Antonio escuchaba los cuentos y relatos que llevaron a su abuelo y tíos, por la línea materna, a participar en actividades subversivas contra la Guardia Civil española. Eran gestas quijotescas contra un poder que parecía invencible. Aquellos cuentos de batallas y hazañas armadas como gladiadores épicos, o tal vez, como un Robin Hood en defensa de los pobres, invadía la imaginación del joven Corretjer. Toda esa historia nutría la fantasía de cualquier niño en tiempos pasados y, hasta en el mismo presente, con los niños de hoy. Sin embargo, ahora tenía relatos reales más cercanos, porque en este caso, sus antepasados eran los héroes de la gesta libertadora.
Escuchaba con orgullo cuentos de las múltiples conspiraciones y actividades clandestinas en el pueblo de Ciales. La actividad subversiva en Ciales durante la década del 1880 trataba de paralizar y bloquear toda actividad en tiendas y comercios de los españoles. La respuesta a esta provocación lleva al General Romualdo Palacio a ejecutar la orden de represión con castigo y torturas o “compontes”. Juan Montes Núñez, el abuelo materno de Juan Antonio Corretjer fue componteado -causándole múltiples fracturas de su mano. Muchos propietarios o hacendados recibieron similares torturas, aún más crueles y abusivas que usó la Guardia Civil española contra los jornaleros cialeños.
Muchos acontecimientos de lucha y protesta ocurrieron durante los dos meses previos al cambio de gobierno entre España y Estados Unidos en Puerto Rico. Además de su abuelo, el tío de Juan Antonio Corretjer Montes, llamado Ramón Montes González y otros familiares participaron en actividades subversivas contra los militares españoles. Ramón fue el segundo jefe en la dirección militar de la toma del Ayuntamiento en Frontón. Su nombre apareció también en Noticias del periódico, La Correspondencia de Puerto Rico con la siguiente entrada: Nos escriben de Ciales que a Don Virgilio Ramos Casillas acompañaba de la partida sediciosa que penetró allí el día 13 Don Ramón Montes González”.
El clima cargado de resentimiento, frustraciones y luchas de los insurgentes, referidos como “partidas sediciosas” dieron curso al “poco conocido” levantamiento en Ciales. Este levantamiento ocurrió el 13 de agosto de 1898 cuando 400 puertorriqueños en Ciales enfrentaron a los españoles militares y declararon la Independencia de Puerto Rico. El Levantamiento de Ciales, 30 años después del Grito de Lares, representó la segunda vez que se declaró la Independencia de Puerto Rico.
A pesar de su corta duración, fue una lucha cruenta que relució la valentía quijotesca del puertorriqueño contra el dominio extranjero. El Levantamiento de Ciales duró varias horas, no por falta de valentía, sino por falta de municiones. El machete que quedó en mano cialeña no pudo enfrentar el tiro de Mauser. Las tropas norteamericanas no estaban interesadas en intervenir en la anodina insurrección. El jaque mate se había ganado por los norteamericanos contra España, y por consecuencia, adquiriendo finalmente el control de Puerto Rico.
Trinita Sanz Padilla conoció a Juan Antonio Corretjer en las visitas de Juan Antonio a la casa de Doña Trina Padilla de Sanz en Arecibo y en las reuniones del Partido Nacionalista que asistía con su madre cada año. Trina Padilla de Sanz “La Hija del Caribe” era miembro del Partido Nacionalista y estaba inscrita en la libreta de Las Juntas Nacionalistas de Puerto Rico como Delegada. Participaba en las reuniones y eventos conmemorativos del Grito de Lares que se celebraban en aquel pueblo heroico de Lares.
La Hija de Caribe, cursando los 70 años participaba en eventos del Partido Nacionalista dirigidas por Don Pedro Albizu Campos en la década del 1930. Doña Trina recitaba versos y hablaba ante el público, compartiendo tarima con su amigo, Albizu. La Hija del Caribe con su palabra culta, alentadora y positiva, hablaba de la defensa de la independencia de su patria, de su historia, su idioma y su cultura. Era un paliativo de esperanza y amor para los oyentes. Trina asistía a las reuniones, celebradas en diferentes pueblos de la isla, acompañada de su hija Trinita. La Hija del Caribe en su carta, excusando no poder asistir a una reunión, escribe a Juan Antonio Corretjer lo siguiente: (Carta obsequio de Don Ovidio Dávila)
Mi don Juan Antonio muy querido:
Su telegrama en mi poder, pero tengo la pena de decirle que me es imposible, de todo punto asistir el domingo a la Asamblea Nacional en Caguas. Hace dos días solamente que me encuentro levantada de un serio ataque de gripe, que me duró toda una semana, con fiebre secuencias naturales de la simpática tos, estornudos, y demás secuela de esa dolencia.
En espíritu los acompañaré desde aquí, y les aplaudiré en un susurro de alas invisibles. Deseo que procure venir por esta cuando pueda, pues tengo que hacerle oír un precioso himno que ha compuesto un músico de Guayama, Luis Rivera, y al cual le he puesto yo letra; sería muy bonito que pudiera ensayarse por músicos nacionalistas, para tocarlo siempre en nuestras fiestas cívicas.
El sentido musical que informa es muy elevado, y avalora grandemente la letra.
Démele un abrazo a Albizu y reciba usted otro de esta su vieja querida.
La Hija del Caribe
Sr. Juan Antonio Corretjer, Rio Piedras, P.R.
Arecibo, P.R. casa de Ud. Dbre 6, 1935.
Se que usted sigue publicando “La Palabra” pero yo no sé una palabra de ella.
La carta de La Hija del Caribe a Juan Antonio Corretjer dibuja esa relación personal que existe entre los dos poetas. A simple vista, el respeto mutuo de una amistad y compromiso por la lucha de la Independencia de Puerto Rico. Adentrando, la carta revela y dice algo más de la figura que es Trina Padilla. Expresiva como lo era, La Hija del Caribe en su introducción aparenta una breve formalidad en su saludo a Don Juan Antonio que cambia de matiz al añadir el posesivo mí y muy querido (por mí). Su tono es familiar, más íntimo y frágil. Es amorosa y cálida y con una chispa de humor (hasta el final) presente que nunca hiere. Le dice haber estado enferma con una secuela de síntomas con la simpática tos.
Es tierna como una madre que al paso de los años quiere mantener la presencia viva y detener el olvido. Trina Padilla se despide: estasu vieja querida. La puerta queda abierta con la invitación para escuchar la letra de un himno que pueda ensayarse por músicos nacionalistas. Trina afirma amor y apoyo al patriota poeta y a la Patria. Ocho años después, La Hija del Caribe publicaría su libro Cálices Abiertos dedicándole a Juan Antonio su poema “Amor a Puerto Rico”. Es evidente su admiración por Juan Antonio, como hijo de la patria, como poeta, y patriota que defiende y guarda el honor de nuestra bandera. La misma patria como cuna en donde ambos nacieron. Y …de un mismo tronco y en silencio de donde brota la descendencia. Fragmento de su poema:
AMOR DE PUERTO RICO
Trina Padilla de Sanz La Hija del Caribe
Para el ilustre Poeta, Juan Antonio Corretjer
…Yo te admiro en los patrióticos cantares,
de tus mágicos poetas;
en las obras de ese numen peregrino
que el genio de la música aletea;
en las blondas nacaradas que las manos
de mujeres borinqueñas
tejen raudas, como llantos de aflicciones congeladas
Después de aquella importante victoria han seguido una serie de demandas en contra de estaciones radiales que se han negado a pagar las regalías que corresponden a nuestros compositores, logrando en todas ellas el objetivo buscado. A pesar de esto, todavía existen estaciones que no reconocen los derechos del compositor latino, por lo que dichas estaciones se encuentran en procesos legales que sin duda terminarán en beneficio para ACEMLA.
ACEMLA es única en su tipo de los Estados Unidos ya que ademas de tener el derecho de actuar como sociedad, también actúa por medio de su editora, Latin American Music Co., Inc., con lo que se logra el cobro de regalías de cualquier género sin que estas pasen por segundas y terceras manos, llegando directamente a los compositores.
Tratando de optimizar el cobro de regalías en el mercado más activo del Caribe, ACEMLA abre oficinas en Puerto Rico en el 1995, iniciando con esto un sinnúmero de afiliaciones por parte de los compositores boricuas que jamás tuvieron una compañía tan seria y eficaz que los respalde en al isla.
En 1996, después de muchas negociaciones sin ningún fruto y bajo la negativa de sus dueños, se entabla una millonaria demanda en contra de varias estaciones de radio, iniciando así una gran polémica entre estas y los compositores puertorriqueños, llegando a magnos niveles. Algunas de estas estaciones llegaron a un acuerdo amistoso, por lo que ya tienen sus licencias y efectúan sus pagos habituales. El resto se ha dado cuenta que no pueden negar los derechos de nuestros compositores, por lo que ya se encuentran negociando sus respectivas licencias.
ACEMLA de Puerto Rico es la única que ha luchado por el compositor puertorriqueño y, hoy por hoy, es considerada por muchos como la Sociedad Puertorriqueña. Como dicen nuestros miembros en la isla: «ACEMLA de Puerto Rico es Nuestra Sociedad». ACEMLA siempre luchará por los ideales que fue creada, siendo esta a primera opción para el compositor latino que desea ser escuchado y atendido como se merece y no como un código más, como lo es en otras sociedades.
ACEMLA tiene sus inicios en 1982, luego de que su fundador se encuentra con negativas y desalientos por parte de algunas sociedades norteamericanas. Esta institución fue creada para defender los derechos del compositor latino en los Estados Unidos y el mundo, y es así como en 1985, mediante una apelación presentada en la corte federal más alta de Estados Unidos, en contra de una decisión del Tribunal de Regalías de Derechos del Autor (Copyright Royalty Tribunal) y a su vez en contra de ASCAP, BMI y SESAC, sale victoriosa y, desde entones, ACEMLA opera como la cuarta sociedad de los Estados Unidos.
ACEMLA es una de cinco “Organización de Derechos de Desempeño” (PRO por sus siglas en inglés), en Estados Unidos y no. 76 en la relación con la lista mundial CISAC.
Controlamos y licenciamos los derechos de interpretación no exclusivos de LAMCO y los de los editores y compositores de sus editores de música afiliados. Esta institución fue creada para defender los derechos del compositor latino en los Estados Unidos y el mundo, y es como tal que en 1985, mediante un recurso presentado ante el más alto tribunal federal de este país, contra una decisión del Copyright Royalty Tribunal contra la ASCAP. , BMI y SESAC, tiene éxito, y desde entonces ACEMLA opera como la cuarta sociedad, o una Sociedad de Derechos de Performance (PRO), en los Estados Unidos.
ACEMLA controla y licencia los derechos de interpretación no exclusivos de «Latin American Music Co. Inc.» (LAMCO) y otras editoriales de música latinoamericanas, así como las de sus autores, escritores y compositores musicales afiliados.
Esta institución fue fundada originalmente en 1951 bajo el nombre de Sociedad Puertorriqueña de Autores, Compositores y Editores de Música, (SPACEM) por un grupo de compositores y escritores de música puertorriqueña y latinoamericana de Puerto Rico. Fue creado para defender los derechos de toda la música latinoamericana en los Estados Unidos y el mundo y para cobrar las regalías debidas para sus miembros afiliados.